Este 22 de septiembre el CEMU cumple una década

Este, 22 de septiembre, hace una década, salía la resolución que daba paso a la creación del Centro de Educación Musical (CEMU) bajo la propuesta pedagógica de formación musical vocacional de coros y orquestas dentro del ámbito educativo de gestión estatal y gratuita. Este 2020, pese al aislamiento social que frenó sus ensambles presenciales; se reinventaron para encontrarse en la virtualidad y conmemorar el décimo aniversario de la institución como mejor saben hacerlo: con la música.

Así, se instituyó en Misiones, la primera orquesta denominada “Orquestando” que funcionó en la escuela 110 de Posadas  en conjunto con el coro instituido en el CEP 3 de Garupá.  Desde sus inicios, el Ministerio de Educación otorgó 66 instrumentos de orquesta para ser utilizados por más de 100 estudiantes y sus familias.
En ese sentido, Marilé Vendrell recuerda que “comenzamos con alegría, compromiso, e ilusión a formar este equipo de trabajo que hacía música dentro de la orquesta y el coro con pasión y tenacidad. Un sueño colectivo que cambiaría la realidad musical sinfónica de nuestras escuelas y de Misiones”.
Desde sus inicios, más de 10.000 estudiantes han aprendido no solo acerca de música sino también de responsabilidad, ciudadanía en las distintas sedes y con los distintos docentes que fueron sumándose a la propuesta soñada.
Hoy este sueño cumplido se extendió a todo el territorio provincial con sedes en Posadas, Alem, San Ignacio, Iguazú, Bernardo de Irigoyen, Apóstoles, Panambí,  Eldorado, Oberá, Aristóbulo del Valle, San Antonio, Ruiz de Montoya,  Santa Ana, Andresito, Concepción de la Sierra, Puerto Esperanza, Puerto Piray, Bonpland y  Candelaria.
MÚSICA EN TIEMPO DE PANDEMIA

La música, sin dudas, tiene el potencial de mejorar no solo las condiciones espirituales del individuo sino también su salud.  La música puede hacer que personas de todas las edades se sientan felices, energizadas y alertas. Por lo tanto, ejerce un efecto poderoso que no solo es físico, sino también emocional, y ayuda a los receptores a enfocarse en el aquí y el ahora, y a sentir su espíritu. En otras palabras, a sentirse animados.

Si tomamos en cuenta esta información parece claro que, en manos de educadores profesionales, la música puede transformarse en una herramienta poderosa que devuelve la alegría y proporciona estabilidad aún durante la pandemia del COVID-19.
La pandemia pone en relieve la importancia de las actividades musicales y su influencia en el estado emocional de las personas. El distanciamiento social y la cuarentena requieren el aislamiento y el cierre de todas las instituciones educativas y lugares de ocio.
Sin embargo, la tarea principal de los educadores de este gran arte en la actualidad, es usar el poder de la música para nutrir a sus alumnos emocional y socialmente a través de la virtualidad. Los profesores pueden establecer un espacio de comunicación único usando herramientas en línea. Dicho espacio permite a los alumnos expresar su ansiedad y recibir consejos de sus profesores.
Por otro lado, si bien los eventos de música en vivo han sido cancelados, las redes sociales han sido testigos de un aumento sin precedentes de su contenido musical.
Para concluir, la pandemia del COVID-19 resaltó la importancia de la educación musical para tratar con sus efectos negativos, como la ansiedad y el estrés. La música tiene la capacidad de distraer a las personas de sus pensamientos negativos y de provocar pensamientos placenteros.
El poder de la música también permite a los educadores tratar los problemas sociales a los que se enfrentan sus alumnos con ayuda de un enfoque de enseñanza asimétrica. La música une a los niños y los ayuda a estar socialmente conectados con otros. Pese a la imposibilidad de ensayar y dar conciertos, los profesores de música siguen jugando un papel esencial a la hora de llevar positividad y alegría a sus alumnos.

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